ADÁN ALMA VIVIENTE

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Es de vital importancia ver claramente la diferencia de la vida en la carne, la vida en el alma y la vida en el espíritu. Esta última, nos recuerda que somos criaturas hechas a imagen de Dios, y la primera, nos recuerda que somos polvo. Para ser una iglesia fuerte y que permanece en la palabra y en la Voluntad de Dios, la iglesia debe ser enfática al diferenciar cada uno de estos lineamientos. O se vive por el alma, o se vive por la carne o se vive por el espíritu; bien lo dijo Jesús, la carne para nada aprovecha, mis palabras son espíritu y son vida.

En esta época, se habla mucho de la filosofía ecológica y de la constante preocupación por la preservación del planeta, películas como Avatar, con todo su despliegue tecnológico llevan a multitudes a preocuparse por este mundo, a poner sus ojos en él, esta es la corriente del mundo, que las personas se preocupen únicamente por lo visible, por las cosas de este universo; no son malas ni perversas, pero hay que entender la diferencia de lo que habla la biblia, que unas son las cosas de este mundo y otras las espirituales, las de Dios, que incluso Dios creó este mundo por una razón espiritual. Este tipo de películas promueven el amor por la naturaleza, por las cosas creadas que son hermosas, amor por los buenos sentimientos, por la tolerancia, por un conjunto de conceptos morales y éticos, que están bien… Pero hay mucho más.

Muchos movimientos hablan de que el hombre debe ser uno con la naturaleza, abrazar a los árboles y amalgamarnos con el espíritu de la madre tierra; pero se les olvida que ya somos uno con la naturaleza, porque fuimos tomados del polvo de la tierra y como polvo, volveremos a ella, para ser alimento de gusanos y abono para nuevas plantas. Entonces acerca de este mundo, según la biblia hay mucho más, mucho más que sólo comer, mucho más que beber, como dijeron los necios: Comamos y bebamos que mañana moriremos; necio, no hiciste nada por tu espíritu, no hiciste nada para el reino eterno, no hiciste nada por la vida espiritual.

¡Sí!, la hermosura de la creación, la perfección que hay en ella demuestran que existe un Dios, millones de personas incluso ateas, pueden empezar a creer en Dios al ver las maravillas de la creación, como decía el doctor Meléndez de Madrid: “Quien estudiando la natu¬raleza desconoce a Dios, Autor de la naturaleza, es lo mismo que el que examina y observa una máquina automática e ignora al ingeniero que la ha proyectado.” Guau! Cuántos hablan de Dios en el mundo, pero el problema no es que la gente diga que existe Dios, porque todos en el mundo creen que existe Dios, el problema con ellos es que Jesús fue enfático con respecto a esto, YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. El que CREE EN EL HIJO CREE EN EL PADRE, EL QUE ABORRECE AL HIJO, ABORRECE AL PADRE.

La Biblia es el único libro que nos muestra el camino, es el libro que habla acerca del Hijo de Dios, es el libro que da testimonio de Él; por esto él dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”(Jn 5:39) no significa que en la Biblia esté la vida, sino que ellas dan testimonio del que sí puede darnos la vida, dan testimonio de Jesús; por esto también dice Juan: “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” (Jn 20:30-31).

¿Quién es Dios?¿Quién es Su Hijo?¿Para qué vino su Hijo a este mundo? Bueno, estas si son preguntas para buscar en la palabra de Dios, palabra que SIEMPRE nos habla de Jesús. Por ello habla de que Dios es Dios absoluto, que Él es autosuficiente y Él no necesita al hombre, el hombre es quien necesita de Él; habla de que fuimos creados por su voluntad; habla del cielo de los cielos que fue creado como herencia para el Hijo, y de como el Hijo decidió cumplir esa voluntad de manera humilde para que el Padre reciba toda la gloria, de igual manera vemos que el Hijo le entregó al Padre como ofrenda lo más sagrado, lo más hermoso y lo más grande que tenía, su propia deidad, convirtiéndose en criatura. Ven a lo que se refiere la palabra, es algo muchísimo más elevado que las cosas de este mundo, habla de lo eterno de lo profundo, de Dios absoluto, no habla ni de la naturaleza, ni del dinero, ni de la familia, no de preceptos morales ni éticos, habla espiritualmente, sino que las cosas de este mundo, reflejan la profundidad espiritual que quiere mostrar Dios.

Muchos discuten las palabras que se tocan respecto a la palabra, muchos incluso la rechazan y declaran que son puntos de vista, pero que su posición es distinta, muchos dicen, eso no es así porque “a mí me enseñaron o porque a mí me parece!, pero a lo largo de su vida, muchos pretendiendo enseñar la palabra les enseñaban acerca de dinero, acerca del amor, acerca del noviazgo, del matrimonio, de la familia o incluso cosas peores, la política, sexualidad y hasta incluso la internet; en resumidas cuentas, cualquier cosa de este mundo, y ahí si no existe un ¡a mí me parece o yo creo! Sino que dicen: “que enseñanza, muy útil, guau, que alimento espiritual! Qué tristeza, pero al mismo tiempo, qué alegría porque están empezando a desarrollar su pensamiento crítico frente a la palabra, y ya que ningún hombre puede enseñar la verdad absoluta, sólo en la palabra podemos refugiarnos.

Es por esto que es absurdo intentar vivir nuestra vida de fe por lo que dicen los hombres, por lo que dice Pablo Cohelo, James Cameron o el Padre Chucho (irónico, yo sé, ninguno de nosotros busca a estos hombres para vivir su vida de fe… pero sí existen muchos hombres que hacen sombra a nuestra vida y que seguimos ciegamente); incluso existen iglesias que como se les acabó la Biblia para enseñar, enseñan sobre el “Padre rico y Padre pobre”, “Su Mejor vida Ahora” o hasta la “Constitución Política”; ahí se levanta la iglesia de Dios para refutar con pensamiento crítico las palabras de los hombres y decir como nuestro Rey lo dijo… ¡escrito está, escrito está y escrito está!

“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”
Colosenses 1:15

Este verso no habla acerca de la “creación” de Jesús, es decir, ¿Jesús es creado?, claro que ¡no! Él es Dios mismo que se rebajó, es el verbo hecho carne, este versículo habla de cómo todas las cosas fueron creadas por el primogénito o por lo más importante, por esto en Juan 1:3 se especifica que “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Y en Hebreos 1: 2 dice “en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”. Entonces cabe preguntarnos, todo este universo y este planeta, fue creado para que seamos uno con él, para que lo preservemos y vivamos en función de él, o realmente fue creado para cumplir su misión como el camino para que el Hijo de Dios viniera y tomara la herencia.

En cuanto a esto podemos concluir por ahora, que siendo la palabra un libro tan amplio sólo tiene un propósito: DAR TESTIMONIO DE JESÚS. Ahora nosotros humildemente, debemos buscar dentro de ella todo lo que nos enseña de Él, desde la creación del hombre cómo se ve manifestada la promesa, el espíritu y la vida, buscar en ella todo lo que nos da a conocerle porque esta es la vida eterna, que le conozcamos a Él el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien a enviado.

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Si quieres conocer más acerca del tema de la creación, y de cómo Adán sirvió como instrumento para Jesús, no dejes de descargar la prédica “Adán el alma viviente”.


BUSQUE LA BENDICIÓN

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La palabra bendición es una de las más utilizadas en el diario común del cristiano, pero que desafortunadamente se ha convertido en una simple declaración de “suerte” o de la muestra fehaciente de que seguimos colocando los ojos sobre los tesoros terrenales. ¿Cómo así? dirán muchos, es cierto, siempre que velamos por las cosas de este mundo declaramos la bendición, es decir, caminamos al lado de nuestro amigo y nos cuenta sobre su nuevo trabajo y declaramos: Qué bendición!!! Por fin sale un dinero faltante y Qué bendición!!! Tenemos estudio y Qué bendición!!! Estrenamos carro, casa, familia, mejor sueldo y seguimos diciendo Qué bendición!!! Hay que ver claramente que estas cosas no están mal, pero para entender la bendición, observamos primeramente que Dios es bendito.

¿Qué significa que Dios es bendito? Que sólo Él puede bendecir; por ello siempre que nos saludamos, decimos “Dios te bendiga”, porque nosotros por nuestras propias fuerzas no podemos dar la bendición a esa persona, sólo Él lo puede hacer. Nosotros sí le podemos dar dinero, casa, carro, estudio, amor, trabajo (estas cosas materiales y hasta sentimentales), pero no le podemos dar la bendición, por eso cuando declaramos esta frase, estamos pidiendo a Dios que bendiga a esta persona.

Al declarar que Dios es bendito, hablamos de palabras como gozoso, pleno, satisfecho, pletórico, lleno de vida, prosperidad, salud, justicia y paz; no quiere decir entonces que Dios es gozoso o que Dios tiene paz, quiere decir que de Él sale eso, de Él es de quien emanan todas las cosas, todo esto procede de Él. Es como si se dijera: Ay el sol tiene calor! No, el sol no tiene calor, en el sol no hay calor, del sol sale el calor, de igual forma no podemos decir, ay Dios tan bendecido que es!

Por esto se habla de la mala interpretación que tiene esta palabra, porque al hablar de poseer o que de Dios salen todas las cosas, se siguen pensando en las cosas de este mundo, pensamos, si de Dios proviene todo, dame el carro, la casa, el dinero, la salud, la familia y en un status alto, porque Soy Tu Hijo, pero ¿quién sirve a quién? Dios al hombre o el hombre a Dios.

Hoy en día se acerca una persona y dice: Hermano me cuadriplicaron el sueldo, Qué bendición!!! Y tengo que trabajar los domingos, Qué bendición!!! No puedo volver a la iglesia y rendir el culto, Qué bendición!!! Me voy a secar espiritualmente, Qué Bendición!!! Me voy a presentar desnudo, ciego y desgraciado delante de Dios y respondemos, QUÉ BENDICIÓN!!! Qué cínico suena esto, pero es la verdad; vivimos tan pendientes de las cosas de este mundo que no nos importa cancelar culto, oración, lectura bíblica y hasta la predicación por trabajo, dinero, familia o cualquier otra cosa, que al fin y al cabo es más importante que lo otro.

“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios” Lucas 12:16-21

¿Ven las cosas de otra manera?, esta persona es llamada como el rico insensato, pero cuántos de nosotros somos como él, pretendiendo ganarnos este mundo con la “ayuda de Dios”, es decir que intentamos seguir pactando y ofrendando porque Él nos devuelve al ciento por uno y nos da carros y casas, que miserables somos creyendo que Dios está sólo para suplirnos esta vida, que al fin y al cabo tan sólo es polvo. De esta manera pensó Esaú, que vendió LA BENDICIÓN por un plato de lentejas mientras que Jacob luchó hasta alcanzar lo que quería, luchó incluso con el ángel que lo hirió en gran manera; qué buscaba Jacob, le verdadera bendición. ¿No había prosperado en gran manera?, tenía dinero y mucho ganado, pero esta no era la bendición, porque cuando se reencuentra con su hermano, quien lo quería matar, le dio Todo lo que tenía, exceptuando la bendición y nuevamente Esaú lo volvió a hacer, se dejó comprar con las cosas de este mundo declarando lo bueno que es su hermano.

Ahora está bien preguntarnos, cuál es el precio de mi bendición, me puedo reír en este momento, porque muchos creerán que ya les voy a pedir una ofrenda o dinero, pero NO, estamos enfatizando en gran manera la diferencia abismal que tiene la bendición verdadera y lo que se ha vendido como bendición por el evangelio de la prosperidad; en serio, qué precio tiene tu bendición, por el verdadero tesoro, no donde el orín corrompe y los ladrones hurtan, sino en los tesoros celestiales, nuestra verdadera herencia; Judas no vendió a Jesús por treinta monedas, fue él quien se vendió… por cuánto te vendes, por un carro, por dinero, por comida, por ser senador o gobernante, por ayudar a multitudes, alimentarlos, por qué cosa de este mundo dejas de buscar las celestiales, las verdaderas, las que no son polvo, la verdad.


Esa es la verdadera bendición, que por cierto viene de la palabra “rodilla”, ¿qué tiene que ver la rodilla con la bendición?, pues claro, se arrodillaban en el antiguo testamento para ser benditos, o sea, para ser parte de la genealogía del mesías, por esto luchaban, por esto se arrodillaban, no por el dinero, por lo espiritual, por la promesa, por su fe. Ahora nos debemos arrodillar frente a la verdad, frente su palabra y recibirla, debemos arrodillarnos frente a Él y creer que Él es el único mediador entre Dios y nosotros; debemos arrodillarnos frente al nombre de Jesús, nombre sobre todo nombre, permanecer en ese nombre, tomar su sangre y comer su carne, reconocer que nuestro camino y lo que pensemos que nosotros mismos podemos hacer no sirve de nada, sólo Él nos puede ayudar, sólo su camino; sólo de esta manera recibiremos la verdadera bendición.

…sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición… para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros… 1 Pedro 3:9, 1:4

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